Anna Karenina. Un clásico entre los clásicos. Un libro que muchos no dudan en decir que «hay que leer antes de morir». En una reunión de la secta de los lectores no puedes decir que no lo has leído, y mucho menos que no te ha gustado. Estas altísimas expectativas me asustaban, por si, como a veces pasa, no llegaban a cumplirse. Gracias a Dios se han cumplido. Es un libro de los grandes, por su longitud y por su calidad. Me ha llevado casi tres meses acabarlo, pero ha sido una gozada, cada vez que me disponía a leerlo un rato.
Puede parecer por su título que la historia se centra en un sólo personaje, pero no es así. De hecho, hay varios capítulos consecutivos en los que Anna ni siquiera es nombrada. Son varias historias que se entrelazan, donde la de Anna ocupa un papel destacado. Pero tienen mucho interés las vidas de Vronski, Levin, Stiva, Dolly, Aleksei y Kitty.
No había leído todavía nada de este autor, y he comprobado que Tolstoi no es tan oscuro y agobiante como Dostoievski, otro autor ruso. Pero sí que tienen en común que ambos escriben novelas tremendamente psicológicas.
Fíjate que me pasa un poco como a ti: es la única novela de Tolstoi que he leído y sí que considero que es un título indispensable, pero no me gustó tanto como esperaba y por eso jamás lo comparo con Dostoievski, que me encanta.
El tono es diametralmente opuesto y se me hizo cuesta arriba en determinadas ocasiones. Me gustaría leer «Guerra y paz» pero no sé yo si conseguiría hacerme con él…